La restricción del desempeño ocupacional debida a la
injusticia social se ha denominado apartheid ocupacional. El apartheid
ocupacional es una forma de opresión, ya que supone “el monopolio por parte de
un grupo de las opciones disponibles a expensas de uno o más grupos
vulnerables”. La opresión implica una distribución desigual de los recursos y
las oportunidades. A los oprimidos por el apartheid ocupacional se les niega el
acceso a las ocupaciones y/o aquello a lo que se dedican viene dictado por la
necesidad de sobrevivir e impuesto por los que ostentan al poder. Tal opresión perpetúa la ignorancia y pude
hacer que estas personas no conozcan su potencial y sigan convencidas de que no
pueden cambiar el ambiente en el que viven.
Cuando las personas siguen una rutina de trabajo, de cuidado
personal y de actividades de ocio crean un paisaje ocupacional que definen en
gran medida quiénes son y hacia donde se dirigen. Si tienen poder sobre sus
vidas, se dan cuenta de su potencial, mejoran su calidad de vida y generan
recursos personales a través de su ritmo diario y su rutina de actividades. Sin
embargo, cuando se les restringen estas actividades, se les arrebata la
capacidad de realizarse, la calidad de vida, los recursos y la identidad.
El cine nos permite acercarnos a la realidad de distintos
grupos sociales en distintos lugares del mundo. Hay innumerables películas en
las que podemos conocer historias de cómo se viven y se sufren distintas formas
de discriminación: por raza, etnia, género, ideas políticas o religiosas, entre
otras. Pero también el cine nos muestra la otra cara: cómo se organizan y
luchan muchas personas y grupos para enfrentar los prejuicios y la
discriminación para lograr día a día construir una sociedad más justa e
igualitaria.
Un claro ejemplo, de apartheid ocupacional, lo encontramos en la película: Philadelphia
Andrew Beckett, un joven y prometedor abogado de
Philadelphia, es despedido del prestigioso bufete en el que trabaja cuando sus
jefes se enteran de que ha contraído el sida y por su homosexualidad. Decide
entonces demandar a la empresa por despido improcedente, pero en un principio
ningún abogado acepta defender su caso.
Esperamos que os guste!!
Un abrazo




